domingo, 6 de diciembre de 2009

Inmaculada Concepción



La Concepción Inmaculada de María fue solemnemente declarada como verdad de fe definida por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. Veinticinco años después, el Papa León XIII elevó la fiesta a la máxima categoría litúrgica. Actualmente es –al menos en España- fiesta de precepto, una de las que por acuerdo de la XXXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, celebrada en noviembre de 1980, debe conservarse en todo el territorio nacional.


El misterio de la concepción inmaculada de María " llena de gracia", como la llama el ángel (Lc 1, 26-38:evang.), por un singular privilegio, en previsión de los méritos de Cristo, nos lleva a todos los bautizados a contemplar el amor de Dios Padre, siempre dispuesto a extender a todos los hombres las maravillas de la salvación. María, <preservada de todo pecado> para constituir una <digna morada para el Hijo de Dios>
La solemnidad de la Inmaculada, al caer dentro del tiempo de Adviento, se convierte en un motivo de esperanza para toda la Iglesia cuando se prepara para recibir al que viene a <bendecirnos con toda clase de bienes espirituales y celestiales>
(Ef 1,3-6.11-12: 2ªlect.).
Entre todas las festividades que celebra la Iglesia en honor de la santísima Virgen, no hay otra que sea más gloriosa que la de la Inmaculada Concepción; por tanto, ninguna debe excitar más la devoción de los fieles. En esta festividad celebramos aquel primer instante en que María, saliendo de la nada, se encontró, por una especial gracia, perfectamente hermosa á los ojos de su Creador; quien, habiéndola formado como la obra más cumplida y más cabal de su Omnipotencia, y habiéndola colmado al mismo tiempo de todos los dones más liberalmente que jamás lo había hecho en favor de todas las criaturas, halló en ella un objeto digno de su amor y de sus más dulces complacencias. En este momento es en María el principio y origen de todas las bendiciones que Dios puede derramar sobre una pura criatura.


Queriendo Dios escoger una Madre que fuese digna de Sí, para distinguirla no se propuso ni las ventajas del nacimiento, ni los bienes de fortuna, ni lo elevado de la condición, ni el resplandor del poder mundano, ni todo aquello que las cualidades naturales tienen de más brillante, sino sólo la gracia santificante, dada desde el primer momento de su Concepción.

Por ello, entre los días más memorables, señalará la historia de la Iglesia el 8 de Diciembre de 1854, en que la augusta Madre de Dios recibió de la Cátedra de la verdad un nuevo triunfo. Roma presenció en dicho día uno de los espectáculos más tiernos y conmovedores que han visto las generaciones todas. La Iglesia entera batió palmas porque el dogma, proclamado el 8 de Diciembre en la basílica Vaticana por el Vicario de Jesucristo, era creído y celebrado con anticipación por la voz de todos los obispos, y por las oraciones y súplicas más ardientes de todos los fieles de la Iglesia universal.



"Porque preservaste a la Virgen María
de toda mancha de pecado original,
para que en la plenitud de la gracia
fuese digna madre de tu Hijo
y comienzo e imagen de la Iglesia,
esposa de Cristo,
llena de juventud y de limpia hermosura.
Purísima había de ser, Señor,
la Virgen que nos diera el Cordero inocente
que quita el pecado del mundo.
Purísima a la que, entre los hombres,
es abogada de gracia,
y ejemplo de santidad"
(Prefacio de la Eucaristía de la Inmaculada Concepción)


Desde aquí queremos invitar a todos nuestros hermanos para asistir a la Vigilia que tendrá lugar el día 8 a las 19'30 horas en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Purificación. En la Santa Misa, que pondrá final a la novena en honor a la Inmaculada Concepción, en la parte musical de la litúrgia, contaremos con la actuación del Coro Parroquial de Ntra. Sra. de la Purificación, perteneciente a nuestra Hermandad.

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