lunes, 19 de marzo de 2012

Tiempo Cofrade

Se lo llevaba esperando durante mucho tiempo, parecía que tardaba en llegar, pero ya está aquí; llevamos ya varias semanas arrancando las hojas del calendario y dejando el almanaque de nuestros anhelos a tan solo 14 días de la llegada de los momentos más esperados. Llegó nuestro tiempo cofrade.

Y este fin de semana, cuarto de Cuaresma, ha sido especial para todos los cofrades de nuestro querido Almendralejo. Ha llegado el momento esperado de cruzar la última puerta que conduce al pasillo que desemboca en una nueva Semana Santa. Un fin de semana intenso, plagado de actos, cultos, ensayos y convocatorias, todo en una vorágine para que pasen rápidos los días y llegue el momento de los últimos preparativos para nuestras hermandades.

Pero nuestros costaleros, durante toda la semana, se afanan en ir puliendo el palo a base de levantás. Oímos chicotás el martes, allá por San Roque, son los pies del Señor del Beso de Judas y el miércoles en San José, con las blancas alpargatas de la Esperanza y a Manolo Martínez con su Cautivo. Y allí cerca de nuestra Casa de Hermandad, los costaleros del Amparo y María Stma. de la Piedad, llenan las calles de aromas a incienso y cera, a trabajo bien hecho en las noches de los jueves. Y los viernes se escuchan los sones de cornetas y tambores mientras los hermanos costaleros de la Merced ensayan mecidas al compás de bambalinas, las que han de cubrir a la Señora. Y tañen campanas, y llamás de martillo y voces de mujer. Se escucha el rachear de mi Gran Poder. Son nuestros costaleros. La gente buena de mi pueblo, fieles a su hermandad, a cualquiera de ellas, todos en una única oración: la del esfuerzo y el sacrificio y alabanza merecen, pues con su buen hacer, a mucha gente ayudan a rezar y a querer al Señor. Este es nuestro tiempo, tiempo cofrade. Tiempo de Vía Crucis en San Roque. Y de Pregón al Costalero por Vicente. Y de Misa de hermandades en Santa Clara. Es tiempo de ilusiones puestas en el futuro de los jóvenes de la Merced, que en poco tiempo han conseguido crear sones en la belleza de los sueños. Un sueño de mi amigo Juan, su Hermano Mayor.

Y ante todo ha sido el tiempo de tu regreso, de volver a ver tu cara. De tus hermanos agradecidos, de las lágrimas en sus ojos cuando te vieron llegar. De nuevo estás entre nosotros, tus hijos. Cuántas oraciones calladas ocultas te recordaban aliviando la angustia de nuestra esperanza y la desesperanza de nuestra angustia. Hoy de nuevo ante ti y ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mí todas las dolencias. Y sólo pido, no pedirte nada, solo poder estar aquí, junto a tu imagen e ir aprendiendo que el dolor es sólo la llave santa de tu santa puerta.

Este es nuestro tiempo, lo que queremos, lo que nos importa, es nuestro tiempo cofrade.

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