lunes, 25 de marzo de 2013

Domingo de Ramos

El día de ayer amaneció como siempre, pero este año lo ha hecho como nunca. Fueron olores a incienso, a palmas y ramos de olivo los que nos dieron los buenos días, recordándonos que todo volvía a empezar una vez más. Un Domingo de Ramos nuevo, diferente, que enciende el comienzo de una nueva Semana Santa en Almendralejo. Incluso San Pedro nos quiso regalar su bendición derramando lágrimas para hacernos más humildes.


Y el pórtico de los Romeros convertido cual puerta de Jerusalén para que Cristo Rey Triunfante saliera para darnos por vez primera su lección de amor, entrega y sacrificio. Aquel que viene en el nombre del Señor, nos incitó muchos sentimientos en aquellos que le acompañamos con ramos y palmas esta mañana. Y, nosotros, desde nuestra humilde Hermandad, manifestamos que ciertamente, la Pasión, sólo la puede retar alguien como Jesucristo. Alguien que, como El, esté dispuesto a perdonar, olvidar ofensas, cobardías y falsos juicios… ¡Esto es lo que tiene pertenecer a una Junta de Gobierno! Que no tienes espacio para soñar sin que alguien te despierte de un plumazo. Pero qué gusto da despertar y recordarte a ti mismo que eres cofrade de la Hermandad del Gran Poder.

La Misa es el preludio de lo eternamente divino. El Evangelio te cuenta la historia, y nosotros la representamos mentalmente a nuestra manera, poniendo como principal protagonista a esa nueva Imagen de Nuestro Señor que descansa en el centro del misterio y que se ha convertido de ayer para hoy en la mejor de las catequesis en la calle: capirotes blancos y palmas doradas acariciando la atmósfera más infantil de la Semana Mayor de nuestro pueblo.

Pero aún nos queda lo mejor, queda el Jueves Santo. Abramos nuestro corazón a Jesús y pidámosle que transforme nuestra vida… y que siempre podamos ser ese burrito que lo llevó sobre su lomo aquel día a la entrada de Jerusalén… humilde, obediente y siempre dispuestos a llevarle a aquellos que más le necesitan.

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